El paragolpes es una de las piezas más visibles y expuestas de cualquier vehículo. Su función no es solamente estética: también cumple un papel clave en la seguridad, absorbiendo impactos menores y protegiendo ciertas partes de la carrocería. Sin embargo, es común que con el uso, los accidentes o incluso el mal mantenimiento, este componente termine descolgándose. En este artículo te explicamos las principales causas de un paragolpes roto y te ofrecemos algunas soluciones sencillas para repararlo en casa.
Razones comunes por las que un paragolpes puede descolgarse
1. Golpes o impactos menores
Aunque no se trate de un choque fuerte, cualquier roce, golpe en un estacionamiento o al subir un cordón puede aflojar los anclajes del paragolpes. Este es uno de los motivos más habituales, sobre todo en zonas urbanas donde las maniobras suelen ser ajustadas.
2. Vibraciones y desgaste por el uso
Con el tiempo, la vibración constante del auto al circular genera fatiga en los clips, tornillos o grapas que sujetan el paragolpes. Esta fatiga puede hacer que las sujeciones se aflojen o incluso se rompan, provocando que el paragolpes empiece a ceder.
3. Instalación deficiente
Si alguna vez el paragolpes fue removido o reemplazado y no se volvió a colocar correctamente, es probable que con el tiempo se termine descolgando. Un montaje apresurado o el uso de piezas incorrectas, como grapas universales de mala calidad, puede generar problemas a corto plazo.
4. Clima y corrosión
En zonas donde el auto está expuesto a humedad, lluvia frecuente o sal en la ruta, las piezas metálicas o plásticas del sistema de sujeción pueden corroerse o debilitarse. Este deterioro facilita que el paragolpes pierda firmeza y termine descolgado.
5. Materiales de baja calidad
Si se utilizó un paragolpes genérico o de baja calidad, es posible que los puntos de anclaje no tengan la misma resistencia que en uno original. Lo mismo ocurre si se optó por repuestos y accesorios para autos de procedencia dudosa.
¿Cómo reparar un paragolpes descolgado en casa?
Si el daño es leve y se trata solo de un paragolpes ligeramente flojo, hay algunas soluciones caseras que podés aplicar sin necesidad de ir al taller. Te explicamos algunas opciones sencillas:
1. Revisá los puntos de anclaje
Lo primero es identificar dónde está el problema. Revisá los tornillos, grapas o clips que sujetan el paragolpes. En muchos casos, simplemente están flojos o faltan algunas piezas. Comprar un kit de sujeción específico para tu modelo puede resolver el problema fácilmente.
2. Usá adhesivo estructural o pegamento para plásticos
Si el paragolpes está fisurado o alguna pestaña de plástico está rota, podés utilizar adhesivo para plásticos automotrices. Es importante que sea un pegamento especial para carrocería, ya que tiene mayor resistencia a la vibración y al clima. Aplicalo siguiendo las instrucciones y dejalo secar el tiempo recomendado.
3. Refuerzo con bridas o precintos
En caso de una reparación de emergencia, si tenés que salir y el paragolpes está casi desprendido, podés sujetarlo temporalmente con bridas plásticas (también conocidas como precintos). Si bien no es una solución definitiva, te permitirá circular hasta encontrar los repuestos y accesorios para autos adecuados.
4. Cambio de grapas y clips
Muchas veces, el problema se resuelve simplemente cambiando las grapas deterioradas por nuevas. Estos pequeños repuestos son económicos y se consiguen en casas de repuestos y accesorios para autos. Asegurate de comprar el modelo exacto para tu vehículo, ya que cada marca y modelo utiliza un tipo específico.
5. Ajuste de tornillos y pernos
Con un destornillador y una llave adecuada, revisá y ajustá los tornillos que sujetan el paragolpes al chasis. Si algún tornillo está oxidado o deformado, reemplazalo por uno nuevo.
Cuándo es mejor acudir al taller
Si el paragolpes está gravemente dañado, deformado o presenta fisuras extensas, es recomendable acudir a un profesional. En estos casos, intentar una reparación casera puede ser contraproducente, ya que un paragolpes mal fijado puede desprenderse en plena marcha, poniendo en riesgo tu seguridad y la de otros.